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Litio: La carrera ya no se gana en la mina, sino en la química de baterías ▶️ Lithium: The race is no longer won in the mine, but in battery chemistry

El mercado global del litio está inmerso en una profunda transformación, impulsada por la creciente demanda de baterías de alto rendimiento. Aunque los precios han mostrado cierta volatilidad, las principales compañías y analistas coinciden en que el sector no se desacelerará, sino que se moverá hacia un fuerte crecimiento del procesamiento downstream. Esta etapa convierte el litio en productos de alto valor como el hidróxido y el carbonato de grado batería.

Hasta hace pocos años, la extracción (la mina) concentraba la mayor atención. Hoy, el foco se desplaza a la refinación, conversión y reciclaje. Los analistas proyectan que entre 2024 y 2030, el “campo de batalla” principal será el downstream, mientras que el mineral en bruto tenderá a verse como un “commodity de alimentación”.

El enfoque global se traslada al procesamiento de alto valor

La expansión de los vehículos eléctricos (EV), los sistemas de almacenamiento energético (BESS) y la transición hacia energías limpias son los factores que mueven el eje de la industria. Dentro de los productos refinados, el hidróxido de litio está ganando terreno a una velocidad inédita. Este compuesto es clave para los cátodos de alto níquel utilizados en las baterías avanzadas de vehículos eléctricos.

Las proyecciones indican que el hidróxido de litio podría alcanzar las 564.000 toneladas LCE (equivalente de carbonato de litio) para el año 2029, con un crecimiento anual compuesto proyectado del 23,51%. A pesar de la necesidad crítica de material, especialistas advierten que el verdadero cuello de botella será la capacidad de procesar materiales activos, y no la extracción del mineral en sí. La industria coincide en que el valor se trasladará al procesamiento, la tecnología y la integración industrial. En el futuro, los procesadores downstream (refinadores, fabricantes de cátodos, recicladores) capturarán la mayor parte del valor, mientras que los productores de mineral verán márgenes más estrechos.

EV, BESS y la explosión de la demanda global de litio

El crecimiento de la demanda es innegable. Según PwC, se espera que para el año 2030 uno de cada dos autos vendidos sea eléctrico, y que la demanda global de baterías aumente un 35%. La demanda conjunta de litio, níquel y grafito podría dispararse de 400.000 toneladas a 6 millones de toneladas.

Además de los vehículos eléctricos, el almacenamiento energético a escala de red (BESS) es un gigante emergente en el mercado. Ejecutivos del sector lo denominan el “caballo negro” de la demanda de litio, ya que el crecimiento de las energías renovables obliga a la construcción de almacenamiento a gran escala. Un ejemplo de esta tendencia es el proyecto Merredin Big Battery en Australia, con 100 MW y cuatro horas de almacenamiento. Los sistemas BESS instalaron un 58% más de capacidad en el primer semestre de 2025 en comparación con el mismo periodo de 2024. A pesar de la volatilidad actual, los líderes del sector esperan que la demanda siga creciendo a un ritmo cercano al 12% anual. Expertos consultados prevén un rebalanceo del mercado entre 2026 y 2027, con precios incentivadores a partir de 2028.

Competencia regional, DLE y la seguridad del suministro

Actualmente, China domina la capacidad de refinación con claridad. No obstante, Estados Unidos, Canadá, Australia y la Unión Europea están impulsando políticas robustas para atraer plantas de refinación, fabricar precursores de cátodos y promover el reciclaje de baterías de forma local. El objetivo es doble: asegurar la seguridad de suministro, dada la tensión geopolítica, y lograr la captura de valor, evitando limitarse a la exportación de insumos básicos.

Ejemplos de esta estrategia regional incluyen los avances en EE.UU. con proyectos como Thacker Pass, y en Europa, donde iniciativas como Vulcan Energy han recibido financiación de hasta €500 millones del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para su planta de hidróxido en Alemania.

La innovación tecnológica también juega un papel clave, con el reciclaje y la Extracción Directa de Litio (DLE) siendo vistos como los próximos motores del sector. La filial de Livium, Envirostream, por ejemplo, extendió su contrato con LG Energy Solution para el reciclaje de toneladas de baterías en desuso, generando black mass. A esto se suma la innovación en procesos, como las tecnologías de refinación modular desarrolladas por empresas como Mangrove Lithium, que permiten convertir cloruro de litio en hidróxido de alta pureza con hasta 40% menos de costo operativo. La estrategia clara para los actores del sector es asegurar offtakes, fortalecer la refinación, demostrar desempeño ESG y construir cadenas de valor regionales.

(De la Redacción Lithium Triangle South America -News)

The global lithium market is undergoing a profound transformation, driven by growing demand for high-performance batteries. Although prices have shown some volatility, leading companies and analysts agree that the sector will not slow down, but will move toward strong growth in downstream processing. This stage converts lithium into high-value products such as battery-grade hydroxide and carbonate.

Until a few years ago, extraction (mining) was the main focus. Today, the focus is shifting to refining, conversion, and recycling. Analysts project that between 2024 and 2030, the main “battlefield” will be downstream, while raw ore will tend to be seen as a “feed commodity.”

The global focus is shifting to high-value processing

The expansion of electric vehicles (EVs), battery energy storage systems (BESS), and the transition to clean energy are the factors driving the industry. Among refined products, lithium hydroxide is gaining ground at an unprecedented rate. This compound is key to the high-nickel cathodes used in advanced electric vehicle batteries.

Projections indicate that lithium hydroxide could reach 564,000 tons LCE (lithium carbonate equivalent) by 2029, with a projected compound annual growth rate of 23.51%. Despite the critical need for material, specialists warn that the real bottleneck will be the capacity to process active materials, rather than the extraction of the mineral itself. The industry agrees that value will shift to processing, technology, and industrial integration. In the future, downstream processors (refiners, cathode manufacturers, recyclers) will capture most of the value, while ore producers will see narrower margins.

EV, BESS, and the explosion in global demand for lithium

The growth in demand is undeniable. According to PwC, by 2030, one in two cars sold is expected to be electric, and global demand for batteries is expected to increase by 35%. Combined demand for lithium, nickel, and graphite could skyrocket from 400,000 tons to 6 million tons.

In addition to electric vehicles, grid-scale energy storage (BESS) is an emerging giant in the market. Industry executives call it the “dark horse” of lithium demand, as the growth of renewable energy requires the construction of large-scale storage facilities. An example of this trend is the Merredin Big Battery project in Australia, with 100 MW and four hours of storage. BESS systems installed 58% more capacity in the first half of 2025 compared to the same period in 2024. Despite the current volatility, industry leaders expect demand to continue growing at a rate of around 12% per year. Experts consulted predict a market rebalancing between 2026 and 2027, with incentive prices starting in 2028.

Regional competition, LTE, and security of supply

Currently, China clearly dominates refining capacity. However, the United States, Canada, Australia, and the European Union are promoting robust policies to attract refining plants, manufacture cathode precursors, and promote local battery recycling. The goal is twofold: to ensure security of supply, given geopolitical tensions, and to capture value, avoiding being limited to the export of basic inputs.

Examples of this regional strategy include progress in the US with projects such as Thacker Pass, and in Europe, where initiatives such as Vulcan Energy have received up to €500 million in funding from the European Investment Bank (EIB) for its hydroxide plant in Germany.

Technological innovation also plays a key role, with recycling and Direct Lithium Extraction (DLE) seen as the next drivers of the sector. Livium’s subsidiary, Envirostream, for example, extended its contract with LG Energy Solution to recycle tons of end-of-life batteries, generating black mass. Added to this is process innovation, such as the modular refining technologies developed by companies like Mangrove Lithium, which enable lithium chloride to be converted into high-purity hydroxide with up to 40% lower operating costs. The clear strategy for players in the sector is to secure offtakes, strengthen refining, demonstrate ESG performance, and build regional value chains.

(From the Lithium Triangle South America -News Editorial Team)


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