Desafío litio 2035 para Argentina: competencia internacional, precios, leyes ambientales y logística ▶️ The 2035 lithium challenge for Argentina: international competition, prices, environmental laws, and logistics

El litio en Argentina tiene nueva hoja de ruta para los próximos 10 años. Según estimaciones públicas y privadas, en la próxima década la industria nacional del litio se triplicará hasta superar una capacidad de producción instalada acumulada de 650.000 toneladas de carbonato de litio equivalente (LCE).

Si de ese total se procesa y exporta poco más de la mitad, Argentina ya escalaría al Ranking TOP 3 de los productores mundiales de litio, en puja directa con Australia (1°), Chile (2°) y China (3°). Pero si dentro de la próxima década se inauguran las ocho plantas de procesamiento previstas, más las siete que ya están en operación, Argentina podría convertirse en el mayor productor de litio para la transición energética del mundo.

Quiénes son los principales jugadores globales del litio

Datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) recuerdan que en 2023 la demanda mundial de LCE alcanzó a 920 mil toneladas, de las cuales el 84% fue para la industria de baterías. Para 2024 la demanda escaló a 1,27 millones de toneladas. Y para este año se espera que llegue a 1,34 millones. Pero según estimaciones de la firma S&P y Benchmark Mineral Intelligence, la demanda de litio para 2035 podría alcanzar entre 3,3 y hasta 3,8 millones de toneladas LCE, lo que triplica el nivel de demanda de 2024, y representa un crecimiento de más del 230%. Ahí es donde Argentina tiene para crecer.

La USGG aseguró que los recursos de litio medidos e indicados en todo el mundo totalizan 115 millones de toneladas. Esto incluye salmueras continentales, arcilla, salmueras geotérmicas, hectorita, salmueras de yacimientos petrolíferos y pegmatitas. Y Argentina lidera este ranking con poco más de 23 millones, por arriba de Bolivia (23 tn.), Chile (11 tn.), Australia (8,9 tn) y China (6,8 tn). Aquí el país tiene de dónde crecer.

Este posible salto exponencial lo dejó en evidencia Luis Lucero, secretario de Minería de la Nación, durante un acto del sector realizado en Catamarca. Ante gobernadores, empresarios, especialistas y proveedores, Lucero mostró un gráfico de barras azules y celestes que entusiasmó a los más de 1.000 presentes.“El crecimiento logrado en los últimos 10 años es excepcional”, dijo, y recalcó que de una capacidad instalada de producción de 35.500 toneladas anuales de LCE, se pasó a 186.000 toneladas anuales, con las siete plantas concluidas y en producción.

“Esto es un crecimiento del 420%”, enfatizó Lucero, y auguró que en los próximos 10 años se puede tener un crecimiento del 254% adicional, alcanzando 15 plantas en operación, con una capacidad instalada acumulada de 658.000 toneladas anuales de LCE.

“Este presente y el futuro que proyecto ha sido y será el resultado del trabajo duro y coordinado de múltiples actores. El esfuerzo de quienes trabajan en sitio, en condiciones duras, soportando frío y vientos extremos, y lejos de casa”, subrayó el secretario de Minería.

“No pretendo que todo sea el color de rosa, que sé que no lo es, pero es oportuno y es sensato detenerse en el camino por unos instantes y felicitarse por lo alcanzado, tomando fuerzas para continuar”, agregó el funcionario.

“Argentina es hoy un jugador internacional de la mayor relevancia en el mercado del litio y solo queda esperar y trabajar para que su importancia crezca”, concluyó.

Proyección de litio de los privados: u$s12.700 millones, 17 plantas, 580.000 toneladas

Hoy el mayor productor del mundo es Australia, que concentra el 37% de la producción total. Chile le sigue con el 23%. Este año los trasandinos prevén una producción acumulada de litio de 305.000 toneladas LCE, según proyecciones de Cochilco, la agencia estatal chilena. Esta cifra representa un aumento significativo respecto a las 285.000 toneladas del 2024. Argentina, con las siete plantas en marcha va a terminar el 2025 con números récords.

Un informe privado con datos de empresas indicó que en la primera mitad del 2025 se alcanzaron las 51.400 toneladas LCE producidas, lo cual equivale a una utilización de la capacidad instalada de 57%. Para la segunda mitad del año se espera que continúen los procesos de ramp up de las últimas plantas inauguradas (Tres Quebradas, Mariana, Sal de Oro, Centenario Ratones) y que la producción mejore su desempeño 27%, para finalizar el año en torno a 115.000 toneladas de LCE producidas. Los más optimistas hablan de llegar a 140.000 tn. Veremos cuál será el techo de la industria local.

Lo cierto es que en los ocho meses del 2025 (hasta agosto incluido) las exportaciones de litio acumularon u$s494 millones, lo que marcó un crecimiento interanual de 31,8% en valor y de 55,5% en cantidades. Este número representa el 13,6% de las exportaciones mineras totales y que el litio que es segundo mineral más exportado del país. Ahora bien, ¿cuántas inversiones se necesitan para llegar a ser uno de los mayores productores de litio del mundo?

En los últimos 10 años las mineras de litio invirtieron u$s7.613 millones para llevar la capacidad productiva hasta 183.700 toneladas LCE en la actualidad. Según los privados, para poner en marcha 17 nuevos proyectos de los 30 registrados se necesitan inversiones por u$s12.810 millones adicionales, lo que permitiría elevar la capacidad productiva argentina hasta 580.000 toneladas LCE. Luis Lucero habló en Catamarca de llegar al 2035 con 15 plantas en funcionamiento y unas 658.000 toneladas de capacidad LCE. Sea como sea, el desafío es grande y hay mucho por hacer.

Desafío litio 2035: competencia internacional, precios, leyes ambientales y logística

El primero escollo a superar es la competencia internacional, y la flojera de precios. China hoy controla las compras mundiales de litio y, con ello, fija precios. La electrificación avanza a pasos agigantados, pero por momentos se desacelera o ralentiza hasta que casi se frena. El litio no es un commodity y su precio flota en el marcado. El termómetro del valor internacional lo da la producción y consumo de vehículos y productos eléctricos chinos, pero también la oferta global. El precio internacional se conoce por los acuerdos de compra entre productores y consumidores, pero muchas veces esto se mantiene bajo secreto comercial. Se sabe que en promedio hoy la tonelada se paga en torno a 10.000 dólares con entrega a máximo dos años. Pero algunos la pactan apenas por arriba de u$s8.000 la tonelada.

A fines de 2023 en el mundo -o sea para China- se llegó a firmar cargamentos por 83.000 dólares la tonelada. En Argentina nunca superaron los 55.000 dólares por tonelada, con 4% de retenciones de Nación, que por ahora no se modificarán. De este tema mucho no se habló en el Norte, porque nadie quiere tensar la cuerda. Lógicamente, los mineros dicen que quitarlas sería un guiño positivo a un sector, que busca expandirse e incrementar volumen, en momentos en que la coyuntura internacional acecha cada día más.

Según advirtió en Catamarca un grupo de analistas extranjeros, actualmente el mercado internacional del litio se ve amenazado por una demanda restringida, pero en ascenso y una suculenta oferta. Federico Gay, analista principal de Benchmark Mineral Intelligence, dijo en el evento que solo en 2025 se demandará un 24% más de litio que el año pasado y el 65% de esa demanda corresponde a vehículos eléctricos. Y agregó que la proyección de crecimiento del litio es del 15% anual, incomparable con otro mineral.

Pero también añadió que este año ingresarán al mercado unas 100.000 toneladas de litio adicionales provenientes de África, y la producción global aumentará en 200.000 toneladas respecto al año pasado, lo que generará un exceso de suministro, que si bien compensó por precios al alza meses atrás con la suspensión temporal de la mina Lianxiawo en China, operada por la gigante de baterías CATL, se volvieron a derrumbar recientemente con el anuncio del hallazgo de la supuesta reserva de litio más grande del mundo, incluso por encima de lo que tiene Argentina y otras novedades.

Descubren en Alemania la supuesta reserva de litio más grande del mundo

La compañía Neptune Energy dijo que encontró 43 millones de toneladas de litio en la región alemana de Altmark, en Sajonia-Anhalt. Este descubrimiento –afirman en base a la evaluación de la firma Sproule ERCE- representa una de las mayores reservas del mundo y tiene el potencial de cambiar la dinámica de abastecimiento del mineral en Europa, un mercado tentador para el “triángulo del litio” argento-chileno-boliviano.

La estimación inicial de la empresa indicaba que la región Altmark podría albergar hasta 70 millones de toneladas de carbonato de litio en total, suficiente para extraer 25.000 toneladas anuales y fabricar baterías para aproximadamente medio millón de vehículos eléctricos por año. El mundo gira, la investigación y exploración no se detiene, y la amenaza externa es grande. Eso se escuchó decir en Catamarca.

En este marco, la Argentina debe encarar otros dos desafíos, que se complementan con el de batallar la competencia internacional. Por un lado, la Nación y las nueve provincias mineras deben resolver en el ámbito de la Corte Suprema de Justicia –o del Congreso nacional- una solución definitiva para la Ley de Glaciares y la Ley de Humedales. Por otro lado, el país necesita concretar cuanto antes un mejoramiento integral de la infraestructura energética y la logística vial y ferroviaria para incrementar las exportaciones.

Con estos dos desafíos resueltos para 2035, el país podría convertir a la minería en el tercer complejo exportador, casi emparejado al campo y los hidrocarburos. Se habla de hasta 30.000 millones de dólares por año. La minería es la tercera turbina del avión que hará despegar definitivamente a la Argentina. ¿La cuarta ? La economía del conocimiento, pero esa es otra historia.

Una definición para la Ley de Glaciares y Ley de Humedales

Reglamentar la Ley de Glaciares es fundamental para el desarrollo de los grandes proyectos de cobre. Y aclarar los alcances de la Ley de Humedales es indispensable para la actividad en los salares de la Puna, donde está la mayor cantidad de litio. La Corte ya instó a los representantes de la Nación y las provincias a sentarse en una reunión de acuerdos para definir la gestión de las Zonas Periglaciares y la aplicación del Inventario Nacional de Glaciares, del que la minería no reniega, al contrario, lo valora.

Las empresas necesitan la certeza de que la Ley de Glaciares –y sus normativas complementarias- permitirán la actividad industrial minera cordillerana. Sin esta herramienta legal, de protección jurídica, no se animan a invertir los millones de dólares que el RIGI tienta a desembolsar. Temen, así dijeron en Catamarca, que un juez provincial frene cualquier proyecto con una simple resolución, en particular, los de cobre que exigen inversiones de entre 2.700 millones y hasta 15.000 millones de dólares. Caos que también podría ocurrir con la Ley de Humedales y los proyectos de litio.

La Ley de Humedales lleva una década de debate parlamentario y obtuvo media sanción del Senado en dos ocasiones. Por ahora no está vigente. El objetivo de esa ley es establecer presupuestos mínimos para la protección de ecosistemas (que incluyen a los salares), pero su aprobación sigue pendiente. Las empresas también la ven como una amenaza al desarrollo minero.

Con la Ley de Glaciares, la intención del Gobierno nacional es modificarla por decreto para ampliar la actividad económica en áreas periglaciares, y que luego las legislaturas provinciales tomen ese decreto y lo hagan propio. El Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado tiene la misión de redactar ese DNU. Luego, lo validaría Economía. Pero en minería creen “muchísimo más conveniente” blindar jurídicamente a los proyectos con una ley nacional del Congreso que deje en claro todo. Para ello se necesita una articulación política pos elecciones que sea transversal a los partidos políticos y los distritos mineros, con gobernadores y legisladores oficialistas empujando una mayoría en el mismo sentido, como si fuese una enorme roca, en nombre de la producción, el trabajo y la generación de divisas.

Para contentar a los diputados y senadores díscolos o desentendidos en la materia, empresas y sindicatos ofrecen acercar a las posibles reuniones de comisión a expertos, científicos, investigadores y trabajadores para cuenten realidades concretas y derriben mitos sobre la minería. Son hombres y mujeres que con su conocimiento -y tiempo- pueden explicar en detalle los proyectos, sacar dudas de la actividad extractiva y corrijan la comunicación minera, muchas veces trastocada por intereses incógnitos.

Una tercera vía para la Ley de Glaciares es que la Corte Suprema intervenga, reúna definitivamente a las partes interesadas, promocione un acuerdo entre Nación, provincias y actores que se sienten afectados, y emita un fallo en acuerdo total, lo que también blindaría a los proyectos de sentencias posteriores. Pero hoy nadie imagina a los ministros en este rol preponderante, abriendo el debate.

Energía limpia, rutas, caminos y un tren minero

El tercer desafío para convertir a la Argentina en uno de los mayores productores mundiales de litio es la necesidad de ampliar la infraestructura energética y desarrollar una nueva estructura logística de exportación. Una línea de Alta Tensión en la Puna que abastezca de energía limpia y renovable a las plantas de procesamiento, campamentos y comunidades es el camino a seguir. Luego, se deberá avanzar con las estaciones transformadoras intermedias y los “enganches” a los proyectos de litio. Una de las dos iniciativas presentadas en la industria ya tiene el visto bueno de la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), miembro del Grupo Banco Mundial, dedicada a promover el desarrollo económico en los países emergentes, a través del crecimiento del sector privado, con el fin de erradicar la pobreza extrema y fomentar la prosperidad compartida. Pronto habrá novedades del IFC.

Para abarcar la solución logística se presentó días atrás en el Consejo Federal de Inversiones (CFI) un completo informe con precisas instrucciones para lograr el despegue de la minería argentina. Se llama «Plan de Logística Minera» y se enmarca en la Estrategia Federal Logística, que elaboraron expertos argentinos de nivel internacional. Este reporte, que por ahora se mantiene bajo llave, se divulgará con énmfasis en la próxima PDAC 2026 de Toronto, en Canadá.

En el evento, además de hacer rutas y caminos fundamentales para el transporte terrestre de insumos y mercaderías en camiones y bitrenes, se mencionó que si la minería se acopla a la privatización del ferrocarril Belgrano Cargas se pueden duplicar las tres millones de toneladas de carga actuales, y así reducir costos de las operaciones, acelerar las ventas al exterior y disminuir la huella ambiental, entre otros beneficios.

Antes de fin de año se abre la licitación ramal por ramal, y desde la firma estatal –que desaparecerá una vez que el tren pase a manos privadas-, instan a las mineras a sumarse en formato “pool” de inversores para hacerse cargo del tramo necesario. Citan al pre-acuerdo para incrementar la exportación de granos del Belgrano con las cerealeras Bunge, Cargill, ACA, AGD y Louis Dreyfus como la línea a seguir. ¿Podrán las mineras sentarse a analizar una posible participación en la privatización del Belgrano Cargas? La adjudicación está prevista para marzo del 2026, mucho tiempo no queda.

Salmuera, agua dulce, litio y la eficiencia

Asociado a las falencias y desafíos en logística, también se acopla un problema de eficiencia en la producción, que obviamente se explicó en el evento en Catamarca. La extracción de litio de salmueras impuras implica la evaporación solar para concentrar el litio, seguida de la purificación para eliminar impurezas como boro y magnesio mediante resinas de intercambio iónico o extracción por solventes, y luego la precipitación de sales no deseadas con adición de cal. El proceso culmina con la adición de carbonato de sodio para precipitar el carbonato de litio, el cual se filtra, se lava y se seca para obtener el producto de alta pureza.

Para procesar industrialmente la salmuera algunos proyectos utilizan 4 toneladas de productos químicos por cada tonelada de carbonato o hidróxido de litio que se obtiene, que son los productos finales que hoy el mundo compra. Pero hay otros proyectos que tienen una relación de una tonelada producida por 7 toneladas de químicos necesarios, y ahí viene el problema del costo logístico.

El otro desafío en la eficiencia tiene que ver con la exploración, perforación y planificación correcta del trabajo de campo. Aseguraron los expertos en el evento, que lo más eficiente es tener el mejor pozo posible, durante el mayor tiempo posible y con la mejor química e hidráulica (tecnología más balance hídrico) disponible. Del agua y el litio mucho se habla, pero poco se conoce del arduo trabajo que lleva estudiar y diseñar con geofísica y otras herramientas científicas un adecuado uso del agua dulce para la industria y de la salmuera para producir. Vale recordar que la salmuera de la que se extrae el litio no sirve para consumo humano, animal, ni riego, y que luego de utilizada se reinyecta en los reservorios originales.

Un dato compartido durante el encuentro en Catamarca ayuda a dimensionar la relación entre el litio y el uso del agua: la huella hídrica, que mide el volumen total de agua necesario para producir un bien, es de 16 metros cúbicos por kilo de carne, 2,5 metros cúbicos por kilo de soja y apenas 0,6 metros cúbicos por kilo de litio.

Más allá del revolucionario método de Extracción Directa de Litio (DEL) que la mayoría de los proyectos utiliza en Argentina, el dilema real al proceso eficiente de litio se lo conoce hoy como “tope a la producción”. ¿Qué es? El tope productivo es el límite por capacidad (tonelaje) que poseen las propias plantas de las empresas operadoras, y que solo dependen para agrandarse del nivel de inversión y construcción, porque como se sabe, el pozo está en el mismo lugar de donde se extrae el recurso. Así, la clave del litio argentino también pasa por las futuras ampliaciones (esas 17 plantas nuevas), un condimento que deben tener en cuenta los analistas de RIGI, que podrían rechazar proyectos por considerarlos ya en operación, cuando en realidad el objetivo es crecer sobre lo hecho. Y a eso apuntan las empresas.

Cuáles son los próximos proyectos de litio

Según datos privados, la Argentina se prepara para una nueva etapa de expansión en su industria del litio, con más de 30 proyectos registrados y un cronograma de desarrollo que se extiende hasta 2033. «El litio es la próxima Vaca Muerta, tenemos que saber esperar», dijo el CEO de la principal minera de litio.

Entre 2026 y 2027, el foco estará puesto en la puesta en marcha y ampliación de operaciones clave. En Salta, el proyecto Sal de Oro (Fase 2) marcará uno de los hitos productivos del corto plazo, mientras que en Catamarca avanzarán Sal de Vida (Fase 1), Fénix (Fase 1B) y HMW (Fase 1), tres emprendimientos estratégicos que consolidan la posición de la provincia como polo de inversiones en el triángulo del litio.

A partir de 2028 y hasta 2029, el desarrollo se intensificará con la entrada en operación de Portezuelo Pastos Grandes-PPG (Fase 1) y la posterior ampliación de las Fases 2 y 3 del mismo proyecto, también en Salta. En paralelo, Catamarca sumará la Fase 2 de HMW, dando continuidad a una expansión que busca escalar la producción a niveles competitivos a nivel global.

El horizonte de 2030 a 2033 proyecta una nueva ola de desarrollos de gran escala. Entre ellos se destacan Kachi, HMW (Fase 3), Candelas, Fénix (Fase 2), Sal de Vida (Fase 2) y HM South, todos en Catamarca. No hay dudas que estos proyectos, junto con las nuevas ampliaciones, representan la maduración de una década de inversiones que podrían llevar la capacidad instalada del país a niveles récord.

Pero además una veintena de iniciativas se mantienen en carpeta, a la espera de definiciones de inversión o permisos ambientales. En Jujuy, figuran Cauchari, Cauchari Olaroz (Fase 2), Guayatayoc y Salinas Grandes. En Salta, los proyectos en análisis incluyen Doncellas, Río Grande, Puna Mining, Arizaro, Rincón Oeste y Centenario Ratones (Fase 2). Finalmente, en Catamarca se listan Incahuasi, Salar de Antofalla y Hombre Muerto, entre otros.

Con este mapa de inversiones, la Argentina busca consolidarse como uno de los principales proveedores globales de litio, acompañando la transición energética mundial. Los próximos años serán decisivos para definir qué proyectos logran avanzar hacia la producción y cuáles quedan en la etapa exploratoria, en un contexto de creciente competencia internacional y demanda sostenida por minerales críticos.

(Energy Report, Ámbito)

Lithium in Argentina has a new roadmap for the next 10 years. According to public and private estimates, in the next decade, the national lithium industry will triple to exceed a cumulative installed production capacity of 650,000 tons of lithium carbonate equivalent (LCE).

If just over half of that total is processed and exported, Argentina would already climb to the TOP 3 ranking of global lithium producers, in direct competition with Australia (1st), Chile (2nd), and China (3rd). But if the eight planned processing plants are inaugurated within the next decade, in addition to the seven already in operation, Argentina could become the world’s largest producer of lithium for the energy transition.

Who are the main global players in lithium?

Data from the United States Geological Survey (USGS) show that in 2023, global demand for LCE reached 920,000 tons, of which 84% was for the battery industry. By 2024, demand had climbed to 1.27 million tons. And this year, it is expected to reach 1.34 million. But according to estimates by S&P and Benchmark Mineral Intelligence, demand for lithium by 2035 could reach between 3.3 and 3.8 million tons of LCE, which is three times the level of demand in 2024 and represents growth of more than 230%. That is where Argentina has room to grow.

The USGG stated that measured and indicated lithium resources worldwide total 115 million tons. This includes continental brines, clay, geothermal brines, hectorite, oil field brines, and pegmatites. Argentina leads this ranking with just over 23 million tons, ahead of Bolivia (23 million tons), Chile (11 million tons), Australia (8.9 million tons), and China (6.8 million tons). Here, the country has room to grow.

This potential exponential leap was highlighted by Luis Lucero, the national secretary of mining, during an industry event held in Catamarca. Before governors, business leaders, specialists, and suppliers, Lucero showed a graph with blue and light blue bars that excited the more than 1,000 people in attendance. The growth achieved in the last 10 years is exceptional,» he said, emphasizing that installed production capacity has increased from 35,500 tons per year of LCE to 186,000 tons per year, with seven plants completed and in production.

“This is a 420% growth,” Lucero emphasized, predicting that in the next 10 years there could be an additional 254% growth, reaching 15 plants in operation, with a cumulative installed capacity of 658,000 tons per year of LCE.

“This present and the future I envision has been and will continue to be the result of the hard, coordinated work of many different people. The efforts of those who work on site, in harsh conditions, enduring extreme cold and wind, and far from home,” emphasized the Secretary of Mining.

“I don’t pretend that everything is rosy, which I know it isn’t, but it is appropriate and sensible to pause for a moment and congratulate ourselves on what we have achieved, gathering strength to continue,” added the official.

“Argentina is now a major international player in the lithium market, and we can only wait and work to ensure that its importance continues to grow,” he concluded.

Private sector lithium projection: US$12.7 billion, 17 plants, 580,000 tons

Today, the world’s largest producer is Australia, which accounts for 37% of total production. Chile follows with 23%. This year, Chileans forecast cumulative lithium production of 305,000 tons LCE, according to projections by Cochilco, the Chilean state agency. This figure represents a significant increase from the 285,000 tons produced in 2024. Argentina, with seven plants in operation, will end 2025 with record numbers.

A private report with company data indicated that in the first half of 2025, 51,400 tons of LCE were produced, which is equivalent to 57% of installed capacity utilization. For the second half of the year, the ramp-up processes of the latest plants inaugurated (Tres Quebradas, Mariana, Sal de Oro, Centenario Ratones) are expected to continue, and production is expected to improve its performance by 27%, ending the year at around 115,000 tons of LCE produced. The most optimistic estimates point to 140,000 tons. We will see what the ceiling for the local industry will be.

The truth is that in the eight months of 2025 (through August), lithium exports totaled US$494 million, marking a year-on-year growth of 31.8% in value and 55.5% in volume. This figure represents 13.6% of total mining exports and makes lithium the country’s second most exported mineral. Now, how much investment is needed to become one of the world’s largest lithium producers?

Over the last 10 years, lithium mining companies have invested US$7.613 billion to bring production capacity up to the current level of 183,700 tons of LCE. According to private sources, an additional US$12.81 billion in investment is needed to launch 17 new projects out of the 30 registered, which would increase Argentina’s production capacity to 580,000 tons LCE. Luis Lucero spoke in Catamarca about reaching 2035 with 15 plants in operation and some 658,000 tons of LCE capacity. Be that as it may, the challenge is great and there is much to be done.

The lithium challenge for 2035: international competition, prices, environmental laws, and logistics

The first hurdle to overcome is international competition and weak prices. China currently controls global lithium purchases and, with that, sets prices. Electrification is advancing by leaps and bounds, but at times it slows down or stalls until it almost comes to a halt. Lithium is not a commodity, and its price fluctuates on the market. The international value is determined by the production and consumption of Chinese electric vehicles and products, but also by global supply. The international price is known through purchase agreements between producers and consumers, but this is often kept secret. It is known that, on average, a ton is currently paid around $10,000 with delivery within a maximum of two years. However, some agree on a price just above $8,000 per ton.

At the end of 2023, worldwide—that is, for China—shipments were signed for $83,000 per ton. In Argentina, they never exceeded $55,000 per ton, with 4% withholding by the national government, which will not be modified for now. This issue was not discussed much in the North, because no one wants to rock the boat. Logically, miners say that removing them would be a positive nod to a sector that is seeking to expand and increase volume at a time when the international situation is becoming increasingly threatening.

As a group of foreign analysts warned in Catamarca, the international lithium market is currently threatened by restricted but rising demand and a plentiful supply. Federico Gay, senior analyst at Benchmark Mineral Intelligence, said at the event that by 2025 alone, demand for lithium will be 24% higher than last year, with 65% of that demand coming from electric vehicles. He added that lithium is projected to grow at an annual rate of 15%, unmatched by any other mineral.

But he also added that this year, an additional 100,000 tons of lithium from Africa will enter the market, and global production will increase by 200,000 tons compared to last year, which will generate an excess supply. Although this was offset by rising prices months ago with the temporary suspension of the Lianxiawo mine in China, operated by battery giant CATL, prices recently collapsed again with the announcement of the discovery of what is believed to be the world’s largest lithium reserve, even larger than Argentina’s, and other developments.

Potential world’s largest lithium deposit discovered in Germany

Neptune Energy said it found 43 million tons of lithium in the Altmark region of Saxony-Anhalt, Germany. This discovery, based on an assessment by the firm Sproule ERCE, represents one of the largest reserves in the world and has the potential to change the dynamics of mineral supply in Europe, a tempting market for the Argentine-Chilean-Bolivian “lithium triangle.”

The company’s initial estimate indicated that the Altmark region could hold up to 70 million tons of lithium carbonate in total, enough to extract 25,000 tons annually and manufacture batteries for approximately half a million electric vehicles per year. The world keeps turning, research and exploration continue, and the external threat is great. That was the message heard in Catamarca.

Within this framework, Argentina must face two other challenges, which complement that of battling international competition. On the one hand, the nation and the nine mining provinces must resolve a definitive solution for the Glacier Law and the Wetlands Law in the Supreme Court of Justice or the National Congress. On the other hand, the country needs to implement comprehensive improvements to its energy infrastructure and road and rail logistics as soon as possible in order to increase exports.

With these two challenges resolved by 2035, the country could turn mining into its third largest export sector, almost on par with agriculture and hydrocarbons. There is talk of up to $30 billion per year. Mining is the third engine that will finally get Argentina off the ground. The fourth? The knowledge economy, but that’s another story.

A definition for the Glacier Law and Wetlands Law

Regulating the Glacier Law is essential for the development of large copper projects. And clarifying the scope of the Wetlands Law is indispensable for activity in the salt flats of the Puna, where the largest amount of lithium is found. The Court has already urged representatives of the nation and the provinces to sit down at a meeting to define the management of Periglacial Zones and the application of the National Glacier Inventory, which the mining industry does not reject but, on the contrary, values.

Companies need certainty that the Glacier Law—and its complementary regulations—will allow industrial mining activity in the mountains. Without this legal tool, this legal protection, they are unwilling to invest the millions of dollars that the RIGI is tempted to spend. They fear, as they said in Catamarca, that a provincial judge could halt any project with a simple ruling, particularly copper projects that require investments of between US$2.7 billion and US$15 billion. Chaos could also ensue with the Wetlands Law and lithium projects.

The Wetlands Law has been debated in parliament for a decade and has been approved by the Senate on two occasions. For now, it is not in force. The aim of this law is to establish minimum budgets for the protection of ecosystems (including salt flats), but its approval is still pending. Companies also see it as a threat to mining development.

With the Glacier Law, the national government intends to amend it by decree to expand economic activity in periglacial areas, and then have provincial legislatures adopt that decree and make it their own. The Ministry of Deregulation and State Transformation is tasked with drafting that DNU. It would then be validated by the Ministry of Economy. However, in the mining industry, they believe it is “much more convenient” to legally shield projects with a national law from Congress that makes everything clear. This requires post-election political coordination across political parties and mining districts, with governors and pro-government legislators pushing for a majority in the same direction, as if it were a huge rock, in the name of production, employment, and foreign exchange generation.

To appease wayward or uninformed deputies and senators on the subject, companies and unions are offering to bring experts, scientists, researchers, and workers to possible committee meetings to explain the realities and dispel myths about mining. These are men and women who, with their knowledge—and time—can explain the projects in detail, dispel doubts about extractive activities, and correct mining communications, which are often distorted by unknown interests.

A third option for the Glacier Law is for the Supreme Court to intervene, bring together all interested parties, promote an agreement between the national government, provinces, and affected stakeholders, and issue a unanimous ruling, which would also shield future draft rulings. But today, no one imagines the ministers playing this leading role and opening the debate.

Clean energy, roads, highways, and a mining train

The third challenge in making Argentina one of the world’s largest lithium producers is the need to expand energy infrastructure and develop a new export logistics structure. A high-voltage line in the Puna region to supply clean, renewable energy to processing plants, camps, and communities is the way forward. Then, progress must be made with intermediate transformer stations and “hookups” to lithium projects. One of the two initiatives presented in the industry has already been approved by the International Finance Corporation (IFC), a member of the World Bank Group, which is dedicated to promoting economic development in emerging countries through private sector growth, with the aim of eradicating extreme poverty and fostering shared prosperity. News from the IFC will be available soon.

To address the logistics solution, a comprehensive report with precise instructions for getting Argentine mining off the ground was presented a few days ago to the Federal Investment Council (CFI). It is called the “Mining Logistics Plan” and is part of the Federal Logistics Strategy, which was developed by Argentine experts of international standing. This report, which is currently under wraps, will be released with emphasis at the upcoming PDAC 2026 in Toronto, Canada.

At the event, in addition to establishing essential routes and roads for the land transport of supplies and goods by truck and semi-trailer, it was mentioned that if mining is coupled with the privatization of the Belgrano Cargas railway, the current three million tons of cargo could be doubled, thereby reducing operating costs, accelerating foreign sales, and decreasing the environmental footprint, among other benefits.

Before the end of the year, the tender will be opened branch by branch, and the state-owned company—which will disappear once the train passes into private hands—is urging mining companies to join together in a pool of investors to take over the necessary section. They cite the preliminary agreement to increase grain exports from Belgrano with the grain companies Bunge, Cargill, ACA, AGD, and Louis Dreyfus as the line to follow. Will mining companies be able to sit down and analyze a possible participation in the privatization of Belgrano Cargas? The award is scheduled for March 2026, so there is not much time left.

Brine, fresh water, lithium, and efficiency

In addition to logistical shortcomings and challenges, there is also a problem with production efficiency, which was obviously explained at the event in Catamarca. The extraction of lithium from impure brines involves solar evaporation to concentrate the lithium, followed by purification to remove impurities such as boron and magnesium using ion exchange resins or solvent extraction, and then the precipitation of unwanted salts with the addition of lime. The process culminates with the addition of sodium carbonate to precipitate lithium carbonate, which is filtered, washed, and dried to obtain the high-purity product.

To process brine industrially, some projects use 4 tons of chemicals for every ton of lithium carbonate or hydroxide obtained, which are the final products that the world buys today. But there are other projects that have a ratio of one ton produced for every 7 tons of chemicals needed, and that’s where the problem of logistics costs comes in.

The other challenge in efficiency has to do with exploration, drilling, and proper fieldwork planning. Experts at the event assured that the most efficient approach is to have the best possible well, for as long as possible, with the best chemistry and hydraulics (technology plus water balance) available. There is much talk about water and lithium, but little is known about the hard work involved in studying and designing, using geophysics and other scientific tools, the proper use of fresh water for industry and brine for production. It is worth remembering that the brine from which lithium is extracted is not suitable for human or animal consumption or irrigation, and that after use it is reinjected into the original reservoirs.

A fact shared during the meeting in Catamarca helps to put the relationship between lithium and water use into perspective: the water footprint, which measures the total volume of water needed to produce a good, is 16 cubic meters per kilogram of meat, 2.5 cubic meters per kilogram of soybeans, and just 0.6 cubic meters per kilogram of lithium.

Beyond the revolutionary Direct Lithium Extraction (DLE) method used by most projects in Argentina, the real dilemma for efficient lithium processing is known today as the “production cap.” What is it? The production cap is the capacity (tonnage) limit of the operating companies’ own plants, which can only be increased through investment and construction, because, as is well known, the well is in the same place where the resource is extracted. Thus, the key to Argentine lithium also lies in future expansions (those 17 new plants), a factor that RIGI analysts must take into account, as they could reject projects on the grounds that they are already in operation, when in fact the objective is to build on what has already been done. And that is what companies are aiming for.

What are the next lithium projects?

According to private data, Argentina is preparing for a new phase of expansion in its lithium industry, with more than 30 projects registered and a development schedule that extends until 2033. “Lithium is the next Vaca Muerta, we have to know how to wait,” said the CEO of the leading lithium mining company.

Between 2026 and 2027, the focus will be on the start-up and expansion of key operations. In Salta, the Sal de Oro project (Phase 2) will mark one of the short-term production milestones, while in Catamarca, Sal de Vida (Phase 1), Fénix (Phase 1B), and HMW (Phase 1) will move forward, three strategic ventures that consolidate the province’s position as an investment hub in the lithium triangle.

From 2028 to 2029, development will intensify with the start of operations at Portezuelo Pastos Grandes-PPG (Phase 1) and the subsequent expansion of Phases 2 and 3 of the same project, also in Salta. At the same time, Catamarca will add Phase 2 of HMW, continuing an expansion that seeks to scale production to globally competitive levels.

The horizon from 2030 to 2033 projects a new wave of large-scale developments. These include Kachi, HMW (Phase 3), Candelas, Fénix (Phase 2), Sal de Vida (Phase 2), and HM South, all in Catamarca. There is no doubt that these projects, together with the new expansions, represent the maturation of a decade of investments that could bring the country’s installed capacity to record levels.

However, around twenty initiatives remain on hold, awaiting investment decisions or environmental permits. In Jujuy, these include Cauchari, Cauchari Olaroz (Phase 2), Guayatayoc, and Salinas Grandes. In Salta, the projects under analysis include Doncellas, Río Grande, Puna Mining, Arizaro, Rincón Oeste, and Centenario Ratones (Phase 2). Finally, in Catamarca, Incahuasi, Salar de Antofalla, and Hombre Muerto, among others, are listed.

With this investment map, Argentina seeks to consolidate its position as one of the world’s leading suppliers of lithium, accompanying the global energy transition. The coming years will be decisive in determining which projects move forward to production and which remain in the exploratory stage, in a context of growing international competition and sustained demand for critical minerals.


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